Brisa marina~ [Priv.]
2 participantes
Página 1 de 1.
Brisa marina~ [Priv.]
-Caminando por un pequeño sendero oculto en el lugar donde llevaba a un lugar “Virgen” que se encontraba totalmente oculto, parte del puerto, un espacio pequeño, no muy fácil de localizar, un pequeño lugar donde se encuentran unos enormes trozos de madera que tomasen el papel de asientos, una hermosa vista al cristalino mar donde se reflejaba aquella hermosa luna llena, tranquilo y sin ningún tipo de luz mas la poca que llegaba por la princesa de la noche y algunos faroles de la isla, suficientes para hacer un ambiente tranquilo y agradable. Sentándose en uno de aquellos trozos de madera algo largo y bajo la luz de uno de los faroles los cuales iluminaban perfectamente haciéndolo un pequeño espacio de lectura, tomando el libro que traía en manos como de costumbre, lo abre lentamente disfrutando del sonido provocado por aquellas hojas desplegarse fundido al tranquilo sonido del mar, viendo aquel mar de letras frente a ella, ayudada por aquella tenue luz amarilla comenzó a leer aquellas palabras que poco a poco comenzaban a contar una historia, ayudada con su imaginación, poniendo rostro y ambiente a ese relato, dejo salir una leve sonrisa pues leer, una de sus tantas pasiones, juntada a el silencio y tranquilidad, convertían del momento en algo realmente grato.
Tras unos minutos leyendo levantó la mirada un poco para contemplar la noche, a pocos días de estar en el lugar, era aun para ella grandioso el poder observar aquella hermosa y enorme luna, acompañada del silencio que ocasionalmente era roto por las olas del mar y algunos animales. Una suave brisa comenzó a sentirse, lo cual hizo que la piel de la chica se erizara un poco por la leve corriente fría, pero dejando eso de lado, ella cerro sus ojos disfrutando, sintiendo como su vestido y plateado cabello ondeaban ante tal fenómeno natural, el ondear de las hojas de algunos árboles cercanos armonizaba con los demás sonidos- Simplemente perfecto… –Dijo en un susurro al viento mientras cerraba sus ojos para seguir disfrutando de la brisa-
Tras unos minutos leyendo levantó la mirada un poco para contemplar la noche, a pocos días de estar en el lugar, era aun para ella grandioso el poder observar aquella hermosa y enorme luna, acompañada del silencio que ocasionalmente era roto por las olas del mar y algunos animales. Una suave brisa comenzó a sentirse, lo cual hizo que la piel de la chica se erizara un poco por la leve corriente fría, pero dejando eso de lado, ella cerro sus ojos disfrutando, sintiendo como su vestido y plateado cabello ondeaban ante tal fenómeno natural, el ondear de las hojas de algunos árboles cercanos armonizaba con los demás sonidos- Simplemente perfecto… –Dijo en un susurro al viento mientras cerraba sus ojos para seguir disfrutando de la brisa-
Irisviel Von Einzbern- Clasificación : Master
Rango : A
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 05/10/2012
Edad : 32
Re: Brisa marina~ [Priv.]
Un lúgubre, vacío y desolado escenario acompañaba al panorama de la mansión del chico, a pesar de la antigua arquitectura y estructura de ésta, se paraba imponente ante el feroz viento que corría rebelde de norte a sur, de noreste a sureste y en otras direcciones de una manera salvaje, sin siquiera inmutarse ni unos pocos centímetros.
Podía apreciarse detalladamente la suave geometría de las hojas amarillentas y rojizas al desprenderse de los árboles que cada día parecían más y más esqueléticos.
Dentro de la mansión, se encontraba una simple alma cubierta de nostalgia por tal clima, oculta en la oscuridad. Era el día de descanso de los empleados domésticos, por tal motivo se encontraba solo, algo de lo que no gustaba mucho, puesto que la mayor parte de su vida estuvo así, completamente solo. El hambre comenzaba a llegar, pero no quería cocinar nada, ni siquiera salir a buscar algo de comer, por tanto, salió de la mansión para dar un paseo, no le gustaba estar encerrado, en ese tipo de climas.
Una largo y negro sobretodo cubría al muchacho desde los hombros hasta las espinillas, el resto de las piernas era cubierto por un pantalón negro de vestir, debajo del sobretodo se encontraba un saco que le hacía juego al pantalón, bajo este estaba una camisa negra con una corbata blanca, que obviamente, eran cubiertas en su totalidad por la gabardina, en su calzado relucían unos zapatos negros muy bien lustrados, sin imperfección alguna en ese tono negro. A pesar de que no le gustaba peinarse, en esta ocasión se peinó hacia atrás como pudo, de modo que su cabello estaba muy bien recogido y no alcanzaba a notarse la longitud de éste, en esta ocasión los guantes no hicieron acto de presencia en la vestimenta, sus manos iban completamente al desnudo, pero ocultas en las bolsas del abrigo para evitar el frío. Tomó su arma, una S&W Model 500 Performance Center Compensated Hunter, una revolver diseñada para matar a un elefante si era necesario, tomó también las llaves de su coche, estaba ganando un cierto aprecio en común por el Mustang Giugiaro, así que ni siquiera observó la gran gamma de autos que tenía, se fue directamente hacia él.
Se dirigió a la cochera y tras quitar la alarma y abrir el seguro, se subió al auto y se mantuvo unos segundos en silencio, sólo sentado en el auto, pensando, sin hacer movimiento alguno, excepto por los involuntarios, como respirar. Introdujo las llaves al auto y lo encendió, revisó los espejos retrovisores para asegurarse de que todo estaba bien, y tras percatarse de esto, se puso en marcha sin rumbo alguno, aunque quizá iría a observar el mar, puesto que a sus padres les encantaba este, y se había acostumbrado a mostrar sus sentimientos sólo cuando la manta marítima estuviera enfrente.
La tarde se desvaneció con la llegada de un par de estrellas, la carretera estaba vacía por completa. Qué triste... esfuerzo y dinero gastados así en una carretera que ni siquiera será explotada al máximo... Aunque era comprensible que no transitara automóvil alguno, puesto que el cielo se había convertido en una gran alfombra negra y llena de puntos blancos resplandecientes, acompañados de el gran satélite que brillaba al ser iluminado por los rayos del sol.
Al ver la soledad de las calles, decidió centrarse en su objetivo, así que siguió el camino sin distracción alguna, a excepción de las señales de tránsito. Al final de cuentas había decidido ir hacia el mar, más especialmente a un sitio secreto que conoció gracias a sus tratos con I-O Sys, ese lugar siempre estaba vacío, tenía una linda vista al mar, una muy buena distancia para inclusive sentir la brisa en el rostro, parecía ser la elección perfecta, así que sin más preámbulos el chico decidió ir más de prisa antes de que se hiciera más tarde.
A su llegada, estacionó su automóvil lejos del lugar para evitar sospechas, ya que se suponía que su destino era un lugar secreto de I-O Sys. Caminó algunos cinco minutos hasta la entrada, mientras tanto podía observar la ira del mar, que golpeaba con fuerza las rocas y los muros de contención, se veía peligroso, pero la suave brisa que se desprendía de estos choques, al rozar con el rostro de él, sólo lo hacían querer quedarse allí.
El lugar parecía el mismo, ninguna novedad ni cambios, ese sendero oculto en el puerto parecía seguir igual, caminando hacía allí pudo ver una sombra que estaba sentada dentro del lugar. ¿Qué hará esta chica aquí? Tsk... y yo que quería estar solo. Se acercaba a la chica mientras pensamientos como estos invadían su mente sin poder evitarlo. Tomó asiento en una de las maderas que estaban detrás de ella sin ser percibido. El ruido del encendedor que encendía un cigarro fue opacado por el sonido emitido por el mar. — Deberías tener cuidado de donde te metes. — Sugirió a la chica sin cuidado alguno, sólo diciendo esto mientras continuaba dando algunas caladas a su cigarro y viendo al horizonte mientras sentía la brisa rozar su rostro.
Podía apreciarse detalladamente la suave geometría de las hojas amarillentas y rojizas al desprenderse de los árboles que cada día parecían más y más esqueléticos.
Dentro de la mansión, se encontraba una simple alma cubierta de nostalgia por tal clima, oculta en la oscuridad. Era el día de descanso de los empleados domésticos, por tal motivo se encontraba solo, algo de lo que no gustaba mucho, puesto que la mayor parte de su vida estuvo así, completamente solo. El hambre comenzaba a llegar, pero no quería cocinar nada, ni siquiera salir a buscar algo de comer, por tanto, salió de la mansión para dar un paseo, no le gustaba estar encerrado, en ese tipo de climas.
Una largo y negro sobretodo cubría al muchacho desde los hombros hasta las espinillas, el resto de las piernas era cubierto por un pantalón negro de vestir, debajo del sobretodo se encontraba un saco que le hacía juego al pantalón, bajo este estaba una camisa negra con una corbata blanca, que obviamente, eran cubiertas en su totalidad por la gabardina, en su calzado relucían unos zapatos negros muy bien lustrados, sin imperfección alguna en ese tono negro. A pesar de que no le gustaba peinarse, en esta ocasión se peinó hacia atrás como pudo, de modo que su cabello estaba muy bien recogido y no alcanzaba a notarse la longitud de éste, en esta ocasión los guantes no hicieron acto de presencia en la vestimenta, sus manos iban completamente al desnudo, pero ocultas en las bolsas del abrigo para evitar el frío. Tomó su arma, una S&W Model 500 Performance Center Compensated Hunter, una revolver diseñada para matar a un elefante si era necesario, tomó también las llaves de su coche, estaba ganando un cierto aprecio en común por el Mustang Giugiaro, así que ni siquiera observó la gran gamma de autos que tenía, se fue directamente hacia él.
Se dirigió a la cochera y tras quitar la alarma y abrir el seguro, se subió al auto y se mantuvo unos segundos en silencio, sólo sentado en el auto, pensando, sin hacer movimiento alguno, excepto por los involuntarios, como respirar. Introdujo las llaves al auto y lo encendió, revisó los espejos retrovisores para asegurarse de que todo estaba bien, y tras percatarse de esto, se puso en marcha sin rumbo alguno, aunque quizá iría a observar el mar, puesto que a sus padres les encantaba este, y se había acostumbrado a mostrar sus sentimientos sólo cuando la manta marítima estuviera enfrente.
La tarde se desvaneció con la llegada de un par de estrellas, la carretera estaba vacía por completa. Qué triste... esfuerzo y dinero gastados así en una carretera que ni siquiera será explotada al máximo... Aunque era comprensible que no transitara automóvil alguno, puesto que el cielo se había convertido en una gran alfombra negra y llena de puntos blancos resplandecientes, acompañados de el gran satélite que brillaba al ser iluminado por los rayos del sol.
Al ver la soledad de las calles, decidió centrarse en su objetivo, así que siguió el camino sin distracción alguna, a excepción de las señales de tránsito. Al final de cuentas había decidido ir hacia el mar, más especialmente a un sitio secreto que conoció gracias a sus tratos con I-O Sys, ese lugar siempre estaba vacío, tenía una linda vista al mar, una muy buena distancia para inclusive sentir la brisa en el rostro, parecía ser la elección perfecta, así que sin más preámbulos el chico decidió ir más de prisa antes de que se hiciera más tarde.
A su llegada, estacionó su automóvil lejos del lugar para evitar sospechas, ya que se suponía que su destino era un lugar secreto de I-O Sys. Caminó algunos cinco minutos hasta la entrada, mientras tanto podía observar la ira del mar, que golpeaba con fuerza las rocas y los muros de contención, se veía peligroso, pero la suave brisa que se desprendía de estos choques, al rozar con el rostro de él, sólo lo hacían querer quedarse allí.
El lugar parecía el mismo, ninguna novedad ni cambios, ese sendero oculto en el puerto parecía seguir igual, caminando hacía allí pudo ver una sombra que estaba sentada dentro del lugar. ¿Qué hará esta chica aquí? Tsk... y yo que quería estar solo. Se acercaba a la chica mientras pensamientos como estos invadían su mente sin poder evitarlo. Tomó asiento en una de las maderas que estaban detrás de ella sin ser percibido. El ruido del encendedor que encendía un cigarro fue opacado por el sonido emitido por el mar. — Deberías tener cuidado de donde te metes. — Sugirió a la chica sin cuidado alguno, sólo diciendo esto mientras continuaba dando algunas caladas a su cigarro y viendo al horizonte mientras sentía la brisa rozar su rostro.
- Mustang Giugiaro 2010:
Re: Brisa marina~ [Priv.]
Pasaron varios minutos mientras la peliplateada seguía disfrutando de tal placer como le describía ella, no podría negar que en ese lugar realmente se relajaba. Apretó con fuerza aquel libro ya de pastas de cuero algo gastadas pues era uno de los libros que había traído de su casa en Italia, su padre, un gran aficionado a la lectura, tenia una enorme biblioteca en casa donde era normal encontrarlo a cualquier hora del día, siempre con su pipa de un hermoso color caoba con detalles dorados, sus lentes pequeños y alargados con una hermosa armazón dorada con detalles de dragones, una enorme bata la cual le cubría del frio y sus pantuflas cuando era de noche, sin duda un hombre que sabia sacar lo mejor de una lectura.
Sentía como los susurros del viento le contaran un secreto, aquellas leves corrientes de aire que seguían acariciando aquella clara piel un tanto descubierta por culpa de su vestido de color blanco con detalles en amarillo, una típica prenda que ella solía usar pues era con la que mas se sentía cómoda, sin embargo, tenia varios vestidos de parecido diseño, pues a pesar que fuesen días comunes, no dejaba de ser elegante y coqueta, después de todo, así había sido educada. Un vestido largo pero con un corte dejando al descubierto un poco la parte frontal, sin mangas o algo que cubriera sus brazos, algo realmente cómodo para tiempos de calor, pero no muy recomendable para el frio pues prácticamente no daba abrigo. Sin importarle eso, amante del frio, hizo caso omiso a todas aquellas sensaciones que su sistema nervioso le hacia sentir, su cuerpo le pedía abrigo, pero su alma le pedía ser libre, tal vez por eso dicen que las mujeres son algo difíciles, mientras su cuerpo pide algo, su corazón y mente también llegan a entrar a una especie de conflicto donde la razón, en la mayoría de las veces sale perdiendo…
Un extraño olor se comenzó a percibir en el ambiente, aun con los ojos cerrados y el rostro levantado, dejando que el viento siguiera moviendo a voluntad sus cabellos y ropas, llego a un ponto en donde entre abrió sus ojos, pues ese aroma era propio del tabaco quemándose, para ser mas exactos, un cigarro… ¿Un cigarro? Claramente debió ser encendido por alguien… Aquel silencio fue interrumpido por una voz algo grabe, perteneciente a un hombre supuso ella, incomodándose por aquello que escuchó pues ¿Quien se creía esa persona para hablarle de esa manera?.. Ella estaba tranquila sin hacerle mal a nadie, en un lugar donde podía estar a sus anchas como se dice vulgarmente, no pudo evitar sentir un poco de miedo y algo de incertidumbre, pues al estar detrás de ella le hacia un blanco fácil. ¿Cómo no pudo escuchar nada? ¿Cómo pudieron invadir su espacio sin hacer ruido alguno? Tan perdida en sus pensamientos podía costarle la vida en esos instantes…
Lentamente bajo su rostro abriendo un poco mas sus ojos viendo al mar, apretando con fuerza aquel que podría ser su ultima lectura, se armo con algo de fuerzas para poder voltear, y así lo hizo… Lentamente comenzó a girar su cuerpo guiado por su cintura, apegando su libro a su pecho como si intentara protegerle, su mirada comenzó a buscar la ajena, su cabello revoloteaba sin dirección por culpa de una repentina fuerte ráfaga de viento, la cual hizo que las ramas de aquellos árboles se movieran con fuerza creando un sonido un tanto propio de las películas de miedo. Lentamente seguía girándose, su cabello comenzó a cubrir parte de su rostro pero poco a poco, mechón por mechón iban quitándose del mismo, dejando ver su boca y nariz. Un mechón que revoloteaba frente sus ojos, no dejaba que la chica pudiera ver mas allá, con su mano derecha lo tomó delicadamente alejándolo de su vista, dejando ver aquellos orbes color carmín, en ellos, algo de miedo e incertidumbre se reflejaban, al igual que inocencia y curiosidad. Clavó su mirada en la ajena tratando de identificar al hombre, pero fue inútil… Jamás en su vida le había visto…
Pantalón negro de vestir, quería decir que era una persona a la que le gustaba la elegancia, haciendo juego con su camisa del mismo color, dando un toque con aquella corbata blanca, cubierto con una gabardina completamente negra, haciendo que tuviese algo de misterio… Observó como tomaba el cigarrillo y simplemente comenzó a tratar de relajarse, pues al tener una mano ocupada no podría atacarle, o al menos eso quería creer ya que en esa vestimenta era fácil ocultar una arma. Ella no estaba del todo indefensa, entre sus ropas, una pequeña navaja y una Walther ppk, pistola pequeña y compacta, aunque con pocas balas, eran las suficientes para salir de cualquier aprieto. Retomo su postura y viéndole fijamente a los ojos, tratando de ocultar todas esas sensaciones que sentía en el momento, simplemente le regalo una cálida sonrisa y tomo un poco de aire lista para responder…- Buenas noches… -Saludó como de costumbre con aquella tranquilizadora voz- Disculpe… No entiendo a que viene su comentario… Solo disfrutaba de la relajante brisa y del hermoso silencio del lugar… -Comentó tratando de ocultar el nerviosismo en su voz, lo cual hacia perfectamente- ¿Lindo, no?.. –Dijo refiriéndose al lugar en cuestión, pues aligerar aquel ambiente tenso era su propósito. Dicho eso, comenzó a relajarse y relajar su mente para tomar una decisión rápida y certera en caso de ser necesaria-
Sentía como los susurros del viento le contaran un secreto, aquellas leves corrientes de aire que seguían acariciando aquella clara piel un tanto descubierta por culpa de su vestido de color blanco con detalles en amarillo, una típica prenda que ella solía usar pues era con la que mas se sentía cómoda, sin embargo, tenia varios vestidos de parecido diseño, pues a pesar que fuesen días comunes, no dejaba de ser elegante y coqueta, después de todo, así había sido educada. Un vestido largo pero con un corte dejando al descubierto un poco la parte frontal, sin mangas o algo que cubriera sus brazos, algo realmente cómodo para tiempos de calor, pero no muy recomendable para el frio pues prácticamente no daba abrigo. Sin importarle eso, amante del frio, hizo caso omiso a todas aquellas sensaciones que su sistema nervioso le hacia sentir, su cuerpo le pedía abrigo, pero su alma le pedía ser libre, tal vez por eso dicen que las mujeres son algo difíciles, mientras su cuerpo pide algo, su corazón y mente también llegan a entrar a una especie de conflicto donde la razón, en la mayoría de las veces sale perdiendo…
Un extraño olor se comenzó a percibir en el ambiente, aun con los ojos cerrados y el rostro levantado, dejando que el viento siguiera moviendo a voluntad sus cabellos y ropas, llego a un ponto en donde entre abrió sus ojos, pues ese aroma era propio del tabaco quemándose, para ser mas exactos, un cigarro… ¿Un cigarro? Claramente debió ser encendido por alguien… Aquel silencio fue interrumpido por una voz algo grabe, perteneciente a un hombre supuso ella, incomodándose por aquello que escuchó pues ¿Quien se creía esa persona para hablarle de esa manera?.. Ella estaba tranquila sin hacerle mal a nadie, en un lugar donde podía estar a sus anchas como se dice vulgarmente, no pudo evitar sentir un poco de miedo y algo de incertidumbre, pues al estar detrás de ella le hacia un blanco fácil. ¿Cómo no pudo escuchar nada? ¿Cómo pudieron invadir su espacio sin hacer ruido alguno? Tan perdida en sus pensamientos podía costarle la vida en esos instantes…
Lentamente bajo su rostro abriendo un poco mas sus ojos viendo al mar, apretando con fuerza aquel que podría ser su ultima lectura, se armo con algo de fuerzas para poder voltear, y así lo hizo… Lentamente comenzó a girar su cuerpo guiado por su cintura, apegando su libro a su pecho como si intentara protegerle, su mirada comenzó a buscar la ajena, su cabello revoloteaba sin dirección por culpa de una repentina fuerte ráfaga de viento, la cual hizo que las ramas de aquellos árboles se movieran con fuerza creando un sonido un tanto propio de las películas de miedo. Lentamente seguía girándose, su cabello comenzó a cubrir parte de su rostro pero poco a poco, mechón por mechón iban quitándose del mismo, dejando ver su boca y nariz. Un mechón que revoloteaba frente sus ojos, no dejaba que la chica pudiera ver mas allá, con su mano derecha lo tomó delicadamente alejándolo de su vista, dejando ver aquellos orbes color carmín, en ellos, algo de miedo e incertidumbre se reflejaban, al igual que inocencia y curiosidad. Clavó su mirada en la ajena tratando de identificar al hombre, pero fue inútil… Jamás en su vida le había visto…
Pantalón negro de vestir, quería decir que era una persona a la que le gustaba la elegancia, haciendo juego con su camisa del mismo color, dando un toque con aquella corbata blanca, cubierto con una gabardina completamente negra, haciendo que tuviese algo de misterio… Observó como tomaba el cigarrillo y simplemente comenzó a tratar de relajarse, pues al tener una mano ocupada no podría atacarle, o al menos eso quería creer ya que en esa vestimenta era fácil ocultar una arma. Ella no estaba del todo indefensa, entre sus ropas, una pequeña navaja y una Walther ppk, pistola pequeña y compacta, aunque con pocas balas, eran las suficientes para salir de cualquier aprieto. Retomo su postura y viéndole fijamente a los ojos, tratando de ocultar todas esas sensaciones que sentía en el momento, simplemente le regalo una cálida sonrisa y tomo un poco de aire lista para responder…- Buenas noches… -Saludó como de costumbre con aquella tranquilizadora voz- Disculpe… No entiendo a que viene su comentario… Solo disfrutaba de la relajante brisa y del hermoso silencio del lugar… -Comentó tratando de ocultar el nerviosismo en su voz, lo cual hacia perfectamente- ¿Lindo, no?.. –Dijo refiriéndose al lugar en cuestión, pues aligerar aquel ambiente tenso era su propósito. Dicho eso, comenzó a relajarse y relajar su mente para tomar una decisión rápida y certera en caso de ser necesaria-
- Libro~:
Irisviel Von Einzbern- Clasificación : Master
Rango : A
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 05/10/2012
Edad : 32
Re: Brisa marina~ [Priv.]
El lugar no era muy grande, era pequeño, pero acogedor y relajante, éste tenía la parte delantera completamente abierta, de modo que gracias a esto, había una vista totalmente llamativa y completa hacia el esplendoroso e inmenso mar, sin mencionar que por este compartimento entraban el viento y la brisa, tan suavemente que parecían congeniar entre sí para dar satisfacción y alivio al cuerpo que tocaran. Algo que llamó mucho la atención de el joven, fue el hecho de que al ser un lugar secreto, debería haberse construido en secreto, algo que era físicamente imposible, a menos que todas las construcciones se hicieran de noche, aún así resultaría muy complicado; quizá ese era un lugar hecho en su totalidad por la naturaleza, los elementos que se mostraban en él habían sido creados por desgaste de rocas a través de millones de años, ocasionados por la brisa que apenas golpeaba estos, y simplemente estaban recubiertos con algún tipo de concreto anticorrosivo colocado con cuidado y mucha discreción, que pudiera resistir la penetración del agua, con el objetivo de mantener la construcción a cierto nivel de grosor. O simplemente las obras de ingeniería se realizaron de manera tan ágil y hábil con la que pudieron evitar ser descubiertos por la población. Bueno... estoy aquí, lo demás no importa... Pensó el muchacho mientras miraba la plateada y rebelde cabellera que apenas comenzaba a voltear al escuchar la pregunta que éste formuló.
En esta ocasión, como en todas las anteriores, el viento arremetía de afuera hacia adentro y al chocar con la pared buscaba un escape hacia afuera, de modo que mientras la chica trataba de voltear, su largo pelo apuntó hacia la dirección del chico, pudiendo este contemplar la blanca piel y los lindos pero no comunes orbes ajenos, sin embargo, en pocos segundos el viento hizo que estos se cubrieran en su totalidad por el largo cabello, que la chica removió con cuidado haciendo uso de su mano derecha. Era muy inusual ver a una chica así en la ciudad, tras llevar varios años en Amissa no me había encontrado con nadie en el puerto de llegada.
Una muy tranquila voz relajó por completo la tensión en el ambiente, eran unas frases segmentadas de manera muy educada y cortés, acompañadas por esa tranquilidad que erizaba la piel, aunque este no era el caso. No obstante, algo que cautivó la atención del chico fue que ella tuviera una vestimenta tan descubierta en una noche como esa, era algo extraño o quizá de locos estar así. Se mantuvo en silencio, sólo escuchó lo que ella decía y lo ignoró por completo mientras se terminaba su cigarrillo, que esta vez parecía no tener fin. Mientras lo hacía observó cada detalle de la chica, no había mucho qué decir, era linda y tenía una vestimenta poco común, probablemente se trataba de una extranjera. Fuera de ese ámbito, algo que invadía la tranquilidad del chico era el hecho de no ver seguridad alguna en el lugar, ¿acaso era una broma?... Un lugar que debía estar siempre en secreto no podía estar sin seguridad.
¿Acaso esta chica acabó con toda la seguridad para poder entrar aquí? Se preguntó por unos momentos, pero la impecable ropa de la chica no demostraba señal alguna de sangre, ni propia, ni ajena... tampoco estaba sucia, era algo extraño, sin mencionar que tenía un gran libro que parecía muy completo al estar tan grueso, con eso en mano habría sido difícil matar a alguien, a menos, claro, que fuera el estuche de alguna clase de cuchillo o navaja.
El cigarrillo se esfumó mientras permanecía viendo los orbes de la chica, unos orbes que a pesar de mostrar serenidad, ocultaban algo que estaba fuera del conocimiento de él. Se puso de pie sin emitir palabra o gesto alguno, y caminó hacia la orilla del puerto, pasando de largo de la chica, quedando de nuevo a las espaldas de ella, sin embargo, en esta ocasión estaban espalda contra espalda. Por unos segundos contempló el mar, un mar que le recordaba a sus padres e inclusive a él mismo. El sentimiento que tenía hacia el mar se remontaba a los años cuando quedó solo, pero era algo difícil de explicar, debido a que se veía como él, tan libre, pero a la vez tan limitado a permanecer siempre allí, en ocasiones logrando un mayor alcance, en muchas otras uno mucho menor.
Guardó sus manos en las bolsas de la gabardina y volteó hacia el cielo, logrando tener una amplia vista de las estrellas y algunas constelaciones. — Mi comentario viene a que, en ocasiones es mejor esperar para conocer algunas cosas, igual, parece que fue involuntario. — Dijo el chico sin demostrar sentimiento alguno, con palabras frías pero certeras, aún así, su mirada seguía intacta ante el brillo de las estrellas. — No es lindo... es triste... — Comentó hacia ella contestando a lo que ésta había sugerido anteriormente. — El mar es un rehén del espacio en donde se encuentra... y yo creo que eso no debe ser así, el hombre debería de ir a donde quisiera sin preocuparse, para mí esa es la esencia del ser humano... aunque en mi caso me sienta como el mar. — Prosiguió con algo de nostalgia, encogiendo sus hombros ante su último comentario. — El frío es el mejor clima que puede existir, pero... ¿no tienes frío? — Preguntó volteándola a ver de reojo, para volver a permanecer en silencio como lo había hecho hasta entonces.
En esta ocasión, como en todas las anteriores, el viento arremetía de afuera hacia adentro y al chocar con la pared buscaba un escape hacia afuera, de modo que mientras la chica trataba de voltear, su largo pelo apuntó hacia la dirección del chico, pudiendo este contemplar la blanca piel y los lindos pero no comunes orbes ajenos, sin embargo, en pocos segundos el viento hizo que estos se cubrieran en su totalidad por el largo cabello, que la chica removió con cuidado haciendo uso de su mano derecha. Era muy inusual ver a una chica así en la ciudad, tras llevar varios años en Amissa no me había encontrado con nadie en el puerto de llegada.
Una muy tranquila voz relajó por completo la tensión en el ambiente, eran unas frases segmentadas de manera muy educada y cortés, acompañadas por esa tranquilidad que erizaba la piel, aunque este no era el caso. No obstante, algo que cautivó la atención del chico fue que ella tuviera una vestimenta tan descubierta en una noche como esa, era algo extraño o quizá de locos estar así. Se mantuvo en silencio, sólo escuchó lo que ella decía y lo ignoró por completo mientras se terminaba su cigarrillo, que esta vez parecía no tener fin. Mientras lo hacía observó cada detalle de la chica, no había mucho qué decir, era linda y tenía una vestimenta poco común, probablemente se trataba de una extranjera. Fuera de ese ámbito, algo que invadía la tranquilidad del chico era el hecho de no ver seguridad alguna en el lugar, ¿acaso era una broma?... Un lugar que debía estar siempre en secreto no podía estar sin seguridad.
¿Acaso esta chica acabó con toda la seguridad para poder entrar aquí? Se preguntó por unos momentos, pero la impecable ropa de la chica no demostraba señal alguna de sangre, ni propia, ni ajena... tampoco estaba sucia, era algo extraño, sin mencionar que tenía un gran libro que parecía muy completo al estar tan grueso, con eso en mano habría sido difícil matar a alguien, a menos, claro, que fuera el estuche de alguna clase de cuchillo o navaja.
El cigarrillo se esfumó mientras permanecía viendo los orbes de la chica, unos orbes que a pesar de mostrar serenidad, ocultaban algo que estaba fuera del conocimiento de él. Se puso de pie sin emitir palabra o gesto alguno, y caminó hacia la orilla del puerto, pasando de largo de la chica, quedando de nuevo a las espaldas de ella, sin embargo, en esta ocasión estaban espalda contra espalda. Por unos segundos contempló el mar, un mar que le recordaba a sus padres e inclusive a él mismo. El sentimiento que tenía hacia el mar se remontaba a los años cuando quedó solo, pero era algo difícil de explicar, debido a que se veía como él, tan libre, pero a la vez tan limitado a permanecer siempre allí, en ocasiones logrando un mayor alcance, en muchas otras uno mucho menor.
Guardó sus manos en las bolsas de la gabardina y volteó hacia el cielo, logrando tener una amplia vista de las estrellas y algunas constelaciones. — Mi comentario viene a que, en ocasiones es mejor esperar para conocer algunas cosas, igual, parece que fue involuntario. — Dijo el chico sin demostrar sentimiento alguno, con palabras frías pero certeras, aún así, su mirada seguía intacta ante el brillo de las estrellas. — No es lindo... es triste... — Comentó hacia ella contestando a lo que ésta había sugerido anteriormente. — El mar es un rehén del espacio en donde se encuentra... y yo creo que eso no debe ser así, el hombre debería de ir a donde quisiera sin preocuparse, para mí esa es la esencia del ser humano... aunque en mi caso me sienta como el mar. — Prosiguió con algo de nostalgia, encogiendo sus hombros ante su último comentario. — El frío es el mejor clima que puede existir, pero... ¿no tienes frío? — Preguntó volteándola a ver de reojo, para volver a permanecer en silencio como lo había hecho hasta entonces.
Re: Brisa marina~ [Priv.]
-El silencio se apodero por unos instantes del hermoso lugar, notó como el chico le ignoro concentrándose solamente en aquel cigarrillo que poco a poco parecía consumirse por aquel fuego avivándose cada vez que el chico fumaba un poco, comenzó a observa su ropa, pareciera como si buscara algo, tal cosa hizo que se sintiera un poco incomoda pues comenzaba a tener un poco de desconfianza nuevamente, apretó nuevamente su libro con su mano izquierda mientras que con la derecha seguía apartando aquel mechón, notó como aquel cigarrillo terminó dejando solo cenizas negras y grises que fuesen llevadas por aquel tranquilizador viento, el chico no apartaba la vista de sus ojos, sin querer, ella comenzó a perderse en aquella mirada algo penetrante, pues aquel silencio no dejaba mucho por hacer, era tal que se podía concentrar plenamente en algo, perdiéndose en el momento perdió noción del tiempo.
Aquella especie de trance fue interrumpida al notar como aquel joven se ponía de pie. Noto lo imponente que era, pues aquel porte le hacia bastante agradable a la vista, aquel abrigo realmente sentaba muy bien, no sabría describir en lo que pensó aquella mujer en ese momento, tal vez podría ser un profesor, o alguien de un alto rango. Muchas cosas pasaron por su mente pero esta no se giro en ningún momento, sintiendo como el le pasaba de largo sintiendo un leve escalofrió por la ligera corriente de aire que el chico había creado con tal movimiento.
Quedando espalda a espalda, acomodando aquel mechón detrás de su oreja para que no le siguiera molestando, siguió en silencio. Comenzaba a tornarse nuevamente aquel silencio incómodo, solo el sonido del mar chocando con la orilla y el viento que resoplaba por los árboles haciendo leves silbidos. Aquel viento calmó un poco lo cual hizo el cabello mas manejable peinándolo un poco sin dejar de estar alerta, cerrando sus ojos para poder reaccionar por sus instintos e intuición.
Aquel silencio fue roto por aquella voz, dando respuesta a la pregunta antes hecha, volteo levemente su cuerpo pudiendo apreciar la figura masculina, con sus manos en su gabardina, tenia aquella mirada al cielo, observando aquel manto estelar propio de una tranquila noche- Sus palabras frías hacían juego con el viento del lugar, el cual comenzaba a calar mas, su piel se erizó nuevamente pero simplemente lo ignoró abrazando mas su libro, guardando silencio para seguir escuchando. Su tranquilidad se rompió al escuchar aquello, nunc había visto aquel rey azul de esa manera.. Un rehén. El chico hablaba, y cada palabra pareciera sacada de un libro de filosofía, realmente agradable aunque no contrastara con su tono frio de voz. Una voz empapada de nostalgia acompañada de un ligero movimiento de hombros.
Sorprendida por aquella pregunta, solo sonrió levemente sin apartar la vista del joven. Vaya… –Susurro al chico- Nunca lo había visto de esa manera… –Lentamente se puso de pie y con pasos pequeños pero firmes se paro al lado del joven, apretando con fuerza su libro tratando de cubrir un poco el viendo, volteo al cielo dejando que el viento volviera a ondear su cabello y vestido. La luna, fiel compañera de sus caminatas nocturnas le había echo una mala jugada, pues en el lugar donde se encontraba parada, se podía transparentar levemente parte de su cuerpo por aquella hermosa luz, sin que ella se percatara, se perdió por unos instantes viendo aquellas hijas de la noche. Hermosas estrellas que por alguna razón, en ese lugar parecían brillar mas intensamente que de costumbre. Por unos minutos las luces amarillentas del lugar se apagaron dejándolos en la obscuridad solo iluminados por la luna.
Por alguna extraña razón no le importó quedarse en el lugar a solas con aquel joven, pues aunque se paro a la par de el, mantenía cierta distancia para reaccionar en dado caso de que fuese necesario. Cerro un poco sus ojos pues aunque era hermoso el momento, no podía negar aquel extraño pero presente miedo a la obscuridad, tratando de disimular, respondió tranquila. En efecto… El frio es el mejor clima… Se puede disfrutar tanto a flor de piel como con algo encima… –dijo tranquila sin abrir sus ojos- Yo… –Dijo un tanto avergonzada mientras un leve rubor causado por el mismo frio se hacia presente- Si… Tengo algo de frio… Tal vez debería regresar a casa… –Respondió algo titubeante pues el miedo comenzaba a hacerse presente. Sabiendo que su casa estaba demasiado lejos, solo intentó no incomodar al joven, aunque el trayecto fuera entre senderos obscuros, tal vez solamente si caminaba rápido se libraría de aquel absurdo temor. Paralizada por el frio y miedo, se quedo tranquila sin decir una palabra mas, esperando a tomar algo de fuerza para dar al menos un paso para poder seguir con su camino.-
Aquella especie de trance fue interrumpida al notar como aquel joven se ponía de pie. Noto lo imponente que era, pues aquel porte le hacia bastante agradable a la vista, aquel abrigo realmente sentaba muy bien, no sabría describir en lo que pensó aquella mujer en ese momento, tal vez podría ser un profesor, o alguien de un alto rango. Muchas cosas pasaron por su mente pero esta no se giro en ningún momento, sintiendo como el le pasaba de largo sintiendo un leve escalofrió por la ligera corriente de aire que el chico había creado con tal movimiento.
Quedando espalda a espalda, acomodando aquel mechón detrás de su oreja para que no le siguiera molestando, siguió en silencio. Comenzaba a tornarse nuevamente aquel silencio incómodo, solo el sonido del mar chocando con la orilla y el viento que resoplaba por los árboles haciendo leves silbidos. Aquel viento calmó un poco lo cual hizo el cabello mas manejable peinándolo un poco sin dejar de estar alerta, cerrando sus ojos para poder reaccionar por sus instintos e intuición.
Aquel silencio fue roto por aquella voz, dando respuesta a la pregunta antes hecha, volteo levemente su cuerpo pudiendo apreciar la figura masculina, con sus manos en su gabardina, tenia aquella mirada al cielo, observando aquel manto estelar propio de una tranquila noche- Sus palabras frías hacían juego con el viento del lugar, el cual comenzaba a calar mas, su piel se erizó nuevamente pero simplemente lo ignoró abrazando mas su libro, guardando silencio para seguir escuchando. Su tranquilidad se rompió al escuchar aquello, nunc había visto aquel rey azul de esa manera.. Un rehén. El chico hablaba, y cada palabra pareciera sacada de un libro de filosofía, realmente agradable aunque no contrastara con su tono frio de voz. Una voz empapada de nostalgia acompañada de un ligero movimiento de hombros.
Sorprendida por aquella pregunta, solo sonrió levemente sin apartar la vista del joven. Vaya… –Susurro al chico- Nunca lo había visto de esa manera… –Lentamente se puso de pie y con pasos pequeños pero firmes se paro al lado del joven, apretando con fuerza su libro tratando de cubrir un poco el viendo, volteo al cielo dejando que el viento volviera a ondear su cabello y vestido. La luna, fiel compañera de sus caminatas nocturnas le había echo una mala jugada, pues en el lugar donde se encontraba parada, se podía transparentar levemente parte de su cuerpo por aquella hermosa luz, sin que ella se percatara, se perdió por unos instantes viendo aquellas hijas de la noche. Hermosas estrellas que por alguna razón, en ese lugar parecían brillar mas intensamente que de costumbre. Por unos minutos las luces amarillentas del lugar se apagaron dejándolos en la obscuridad solo iluminados por la luna.
Por alguna extraña razón no le importó quedarse en el lugar a solas con aquel joven, pues aunque se paro a la par de el, mantenía cierta distancia para reaccionar en dado caso de que fuese necesario. Cerro un poco sus ojos pues aunque era hermoso el momento, no podía negar aquel extraño pero presente miedo a la obscuridad, tratando de disimular, respondió tranquila. En efecto… El frio es el mejor clima… Se puede disfrutar tanto a flor de piel como con algo encima… –dijo tranquila sin abrir sus ojos- Yo… –Dijo un tanto avergonzada mientras un leve rubor causado por el mismo frio se hacia presente- Si… Tengo algo de frio… Tal vez debería regresar a casa… –Respondió algo titubeante pues el miedo comenzaba a hacerse presente. Sabiendo que su casa estaba demasiado lejos, solo intentó no incomodar al joven, aunque el trayecto fuera entre senderos obscuros, tal vez solamente si caminaba rápido se libraría de aquel absurdo temor. Paralizada por el frio y miedo, se quedo tranquila sin decir una palabra mas, esperando a tomar algo de fuerza para dar al menos un paso para poder seguir con su camino.-
Irisviel Von Einzbern- Clasificación : Master
Rango : A
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 05/10/2012
Edad : 32
Temas similares
» Locura vírica. [Priv. Saber Lannister]
» Nadie pidio tu compañia.... [priv. Ulfric G. Stark]
» Fría noche distante [Priv. Rosiel DunLaohaire]
» Nadie pidio tu compañia.... [priv. Ulfric G. Stark]
» Fría noche distante [Priv. Rosiel DunLaohaire]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Abr 13, 2016 6:30 am por Minami Itsuki
» Gakuen Hetalia [Afiliacion de Elite]
Lun Dic 17, 2012 8:06 am por Invitado
» Censo Bimensual [Noviembre-Diciembre]
Miér Dic 05, 2012 3:14 am por Irisviel Von Einzbern
» Dorado Chase Ario Lavrovna
Lun Dic 03, 2012 11:30 pm por Dorado
» Hasta la vista.
Lun Dic 03, 2012 1:22 pm por Gumi Mortensen
» Buenas (?)
Jue Nov 22, 2012 12:17 am por Irisviel Von Einzbern
» Censo Bimensual [Septiembre-Octubre]
Lun Nov 19, 2012 1:34 am por Gumi Mortensen
» [Before: Rosiel] Gumi Mortensen
Lun Nov 19, 2012 1:17 am por Saber Lannister
» [~Palabras encadenadas~]
Lun Nov 19, 2012 12:41 am por Gumi Mortensen