Nadie pidio tu compañia.... [priv. Ulfric G. Stark]

Un juego de cartas iba de un lado a otro con rapidez, en ocasiones deteniendose y creando al movimiento, un arco de cartas que sucumbia en un conjunto final posado en una de las mesas de aquella estadia. Las delicadas manos de una chica creaban aquellos movimientos, mientras una mirada sin sentimiento se mostraba en su rostro. Tras un par de barajeos mas, comenzo a colocar las cartas en diversas cantidades un monto al lado de otro, poniendo finalmente una carta "boca arriba" en cada uno de los espacios, dejando el resto de la baraja a un lado de su brazo diestro.
Comenzo a mover las cartas, de vez en vez mirando en la "mano" que tenia de cartas restantes, abriendo una a una y usando unicamente las que acoplaban a los conjuntos que iba creando, rey...reina...joke...diez... Una a una acomodadas en orden...
Sus orbes caoba solo seguian el movimiento de su manos, sus labios se mantenian pegados uno con otro mientras su mano zurda tamborileaba en su mejilla con suavidad... Kondou Otsune se encontraba sin mas, como era su costumbre...en soledad.

150 dias habian pasado ya, desde el dia en que Takashi habia muerto, 150 dias habian ya marcado mi soledad absoluta, pero no me importaba, asi era yo, distante y silenciosa para con los demas, honestamente, me era mas sencillo callar que hablar como lo hacian todos, miraba siempre por los pasillos de aquel sitio como la gente sonreia, saludaba, caminaba en grupo. Yo simplemente preferia esto, mi soledad... mi unica compañera honesta que solo se retiraba cuando alguien irrumpia en ella... No solia confiar mucho, pues Takashi habia dejado en mi cabeza que incluso tu sombra te abandonaba cuando la oscuridad aparecia.

Una baraja en mi mano me ayudaba a distraer mis pensamientos mientras jugaba "solitario" en una mesa de la cafeteria, la charola de mi alimento yacia ahora en su respectivo sitio con los demas trastos sucios, el lugar estaba casi vacio, las pocas personas presentes, no notaban mi presencia y si lo hacian ,simplemente la ignoraban...

-Uhmm...

Un 9 de corazones estaba sujeto por mis dedos indice y pulgar en mi mano diestra mientras mi zurda tamborileaba en mi mejilla pensativamente, esperando encontrar que hacer con aquella carta. Donde colocarla... ¿en el juego? ¿o en la zona de corazones que ahora se amontonaba por sobre la linea de cartas que aun jugaban?... suspire mientras me mantenia pensativa y eleve la mirada hacia el frente, observando la pared que se encontraba directa a mi vista. Asi podia estar siempre, permanecer en silencio y mirar las pequeñas lineas que la desgastada pared me mostraba, encontrando en ella figuras extrañas que me llevaban lejos de la realidad. Sabia cuando era el momento de estar atenta y cuando la vida me permitia dispersar mi mente en pensamientos que a veces no podria siquiera explicar...

-¿Sera la pared el mayor aliado del secreto?...¿sera la pared el silencio pulcro del misterio?...

Un susurro aparecia en mis labios mientras olvidaba el juego que yacia en mi mesa y mantenia el corazon 9 en mi mano...

-Pero que cuestiones mas aburridas para una mujer.

Dijo en un murmuro el joven de ojos escarlatinos, mientras que con un mano jugueteaba con una copa dorada, la cual parecía contener liquido adentro debido a los sonidos que se hacían a los movimientos de sus manos. En su rostro se denotaba una sonrisa que tenia algo de malicia, pero era divertida a la vez. El auto-proclamado rey de los héroes, demostraba cierto interés en aquella mujer, aunque normalmente el solo veía al genero débil solo como un método de reproducción humana. De sus finos labios se escapo una pequeña risa, mientras que daba un sorbo al contenido de su copa dorada. Raramente no llevaba puesta su armadura de oro, el joven muchacho solo llevaba unos pantalones de vestir negros, una remera blanca escotada en ve y aquellos adornos dorados que rodeaban su cuello y muñecas.

Era muy raro verlo entre las multitudes del submarino, aunque los ideales de este era algo parecido a igualdad para todos, el consideraba que seria demasiado honor para aquellas personas que caminara junto a ellas, ¿Acaso alguien en ese lugar se lo merecía? Claro que no, la sola idea de aquello hacia reír a Ulfric. Aunque lamentablemente había un ser en aquel lugar que su sola presencia le molestaba, puesto que minutos atrás había tenido una discusión con "el director", aunque encontraba los debates con aquel individuo divertidos, ambos poseían ideales diferentes, pero de alguna manera eso lograba divertir a Gilgamesh.

Observo a la mujer de pies a cabeza, con un aire de superioridad, antes de volver a reír nuevamente y llevar la copa nuevamente a sus labios para beber de la sustancia embriagadora que llevaba dentro. Arqueo una ceja y chasqueo los dedos, a la altura de su cabeza a su derecha empezó a salir un brillo dorado muy peculiar, mientras que su sonrisa se amplia un poco más, lleva su mano ocupada a por debajo de aquel brillo. Había abierto la puerta de Babilonia para transportar uno de sus tesoros hacía aquel lugar. Luego de unos segundos una copa dorada sale del brillo y la atrapa entre dos dedos con su mano ocupada, mientras que arqueaba su espalda inclinándose hacia ella, sin previo aviso otra puerta se abrió y de esta salio una jarra dorada, la atrapo con su mano libre y sirvió en ambas copas el liquido. Extendiéndole la mano que llevaba ambas copas.

-¿Le molestaría contarme de aquel misterio?.- Dice divertido mientras que mira las copas y luego a la mujer. -Es un vino digno de un rey.

Una voz masculina interrumpió mi pensamiento, el sonido de sus palabras me alejo de mis ideas y mi mirada encontró con facilidad la ajena. Se trataba de un joven alto y bastante agraciado, sus facciones eran proporcionales y su cuerpo estructurado en cierta perfección masculina. Sin embargo, sus ojos y expresión arruinaban por mucho el panorama. Acostumbrada a vivir con jóvenes que se valían apenas de los juguetes y artículos de segunda mano, era complicado para mi aceptar tal altaneria en alguien, el hombre ahora cercano a mi lugar se miraba pateticamente sobre valorado por el mismo, tal vez esperando los demás lo vieran a igual modo, su sonrisa hacia notar su arrogancia y su copa en mano finalizaba la clásica escena del chico rico con aire de grandeza. No tenía tiempo para eso.

¿Perdona?

Observé llegar una nueva copa y una botella, ante lo cual me mantuve en silencio mirándolo, era extraño, usualmente nadie hablaba conmigo y eso me agradaba pero aquel sujeto parecía altanero y arrogante, así que imaginé, sólo buscaba divertirse un poco con la chica solitaria. Cuando pronuncio de nuevo unas palabras me mantuve un momento en silencio y sin moverme para más tarde sonreír.

Vaya... Debería beberla usted sólo, después de todo parece que atina a sus características. Mi voz era suave y sonaba calmada, no esperaba que se quedara pero tampoco esperaba ser descortez después de todo, Takashi me había pedido convivir... Pero... Yo estaba bien sola, que diantres.
Podría contarle...pero tal vez resulte "aburrido" Amplíe un poco mi sonrisa dispuesta a pelear contra la suya pero sin el más mínimo interés, con suerte mis palabras lo alejarían...

Gire la mirada hacia el 9 rojo en mi mano y luego hacia el juego volviendo la concentración a este.

Spoiler: