Ficha: Leki

NOMBRE COMPLETO

Leonard Conan Kingsley (Leki)

NACIONALIDAD

Inglés

SEXUALIDAD

demisexual

OCUPACIÓN

Estudiante - Inquesta

GUSTOS Y DISGUSTOS

Gustos:

• El ajedrez.
  
• Las matemáticas.
  
• La lectura en general.
  
• Tocar el piano.
  
• Actividades que no requieran exigencia física.
  
• La ingeniería.

Disgustos:

• Ser menospreciado por su edad.
  
• Cualquier ofensa hacia su familia.
  
• Los errores en sus cálculos.
  
• Cualquier actividad en la que falle

HABILIDADES

Al ser una persona que dedica su tiempo al perfeccionamiento de su mente, y no de su cuerpo, no posee grandes aptitudes para las técnicas de combate, o el porte de armas, no sobresale en el uso de ningún instrumento más allá de los diseñados por él. Gracias a los conocimientos otorgados por su padre, el chico es capaz de diseñar diversas marionetas, las cuales en su mayoría toman forma de piezas de ajedrez, para utilizarlas como medio defensivo, ya sea para protegerse o como medio de distracción, si bien su cuerpo es pequeño, sus movimientos pueden ser ágiles, tanto para el dominio de aquellos accesorios como para eludir la presencia enemiga.
Otro detalle sobresaliente del muchacho es su rapidez mental, la cual le llevó para ser calificado como “apto” para la institución y su iniciación como Butei, aun con su corta edad, ya que aprovecha al máximo la utilización de la lógica, desde escenarios criminalistas hasta en la utilización de computadoras o ejercicios matemáticos, conjunto a su amplio conocimiento de lenguas, pues desde pequeño ha sido instruido en italiano, japonés, español, y alemán.

Otros datos

Pese a su corta edad y el poseer conciencia de los riesgos y desventajas que eso conlleva, el muchacho utiliza su apariencia para obtener información o aproximarse a la gente con mayor facilidad, dándosele bien el fingir una imagen de “niño bueno”.

Colores que usará

-Hablar
-Pensar
-Actuar

Descripción Física

Si bien es un niño que no busca llamar la atención, a menos que sea necesario, sus prendas no pertenecen a lo que podría mencionarse como “normal” más no por el diseño de las mismas, pues su apariencia puede compararse con cualquier uniforme típico de la gente de alta alcurnia proveniente de Inglaterra, desde el ya característico sombrero de copa, hasta aquella capa que reemplaza la labor de un sobretodo. Pero hay un detalle que remarca al joven hacia donde quiera que vaya, aquella tonalidad, esa amalgama de tonalidades moráceas que se encuentra impregnando cada una de las prendas del chico, desde esos cortos pantalones, hasta su chaleco, notándose como única ruptura a aquel diseño, las tonalidades níveas de sus guantes y su camisa, conjunto al dobladillo de su pantalón y los bordados de sus zapatos. Otorgando una combinación pacífica al ojo de quien lo ve.

Más allá de sus prendas, el chico no posee rasgos fuera de lo normal, un rostro redondeado, poseedor de una mirada zafiro, protegida por unas gafas utilizadas para descansar su visión, conjunto a su albina piel y la clara tonalidad rubia de aquella arreglada cabellera que presenta el porte de un niño bien educado, pues jamás suele mostrarse desarreglado.

Si bien es una persona de temperamento fuerte, no suele tener medios físicos con los cuales sustentar sus palabras, pues su cuerpo es pequeño tanto en estatura como en musculatura, otorgándole al joven una complexión debilucha, siendo poseedor de un peso de 35 Kilogramos, con apenas metro cuarenta y cuatro de altura.

Descripción Psicológica

Es un niño que ha decidido reemplazar su niñez por el mundo criminal, si bien la realidad en la cual vivía era acomodada por los lujos que sus padres le daban, no podía ignorar lo que fuera de su casa ocurría, motivo que allanó la curiosidad del muchacho por los métodos deductivos, tal y como oía en las noticias, o en aquellos libros y periódicos que diariamente devoraba con gran anhelo.

Más eso no resta cierta simpatía que suele demostrar con aquellos seres a los cuales él mismo juzga de “interesantes” o “útiles” sin importar el pasado o presente de una persona, llevándole a obtener relaciones muy poco convenientes.

Si bien, prefiere estarse una tarde tomando té y leyendo un libro antes que salir a socializar, no muestra problema alguno en conocer gente nueva, de hecho según él es un buen método de comprender la mente de las personas y a su vez incrementar sus propios conocimientos, hasta incluso obtener aliados importantes.

Claro está que cabe aclarar ciertos pequeños rasgos que suelen emerger en casos especiales, como por ejemplo en trabajos importantes, donde prefiere enfriar un poco su temperamento, al punto de permanecer silente con sus compañeros solo por el mero hecho de yacer concentrado en su labor, comentando palabras sin sentido o teorías hacia sí mismo, ante el hecho de pensar en voz alta sin siquiera percibirlo. Y aunque eso pudiera resultar beneficioso también es un arma de doble filo, ya que aquel aspecto suele contener las emociones del muchacho con tanta presión que cualquier resultado termina resultando como disparador para ya sea encontrarse en la desesperación absoluta, en caso de un fallo, o en un festejo de pleno júbilo, en caso de un resultado satisfactorio, tal y como un niño normal.

Más allá de aquellos factores, el joven suele mostrarse como una persona “normal” si bien tiene algunos gustos excéntricos, no pone trabas ante el conocer personas, ni tampoco es alguien que resulte desagradable, pues sabe bien cuando expresarse como un “adulto” y cuando utilizar aquella fachada de niño, claro que ambas traen una desventaja, pues tanto éxito en su anterior instituto y dentro de su hogar, dieron al chico una parte un tanto oscura de su personalidad, llevándole algunas veces a reaccionar con soberbia o utilizar comentarios sarcásticos en demasía.

Solo en casos especiales tanto en poseer alguna persona de confianza como con familiares, el joven será capaz de demostrar su forma de ser original, mostrándose mucho más abierto y simpático que lo que muestra, dado que logra retener de alguna manera aquella figura sarcástica al yacer “alegre”.

HISTORIA

Si bien la historia de Leonard aun está en pleno preludio, hay ciertos hechos que han afectado al ser para que se convirtiera en lo que ahora es, un pequeño niño mimado con aires de superioridad, si bien el mayor factor de aquello podría ser la acumulada riqueza de sus padres, hay pequeñas consecuencias que por medio de ello han estado surgiendo, tanto positivas como negativas, tal y como el típico cliché de los niños adinerados, Leki no fue muy afín a sus padres, si bien estos siempre le otorgaban todo lo que este quería, jamás tuvo la atención necesaria por parte de ninguno de ellos, llevándole a ser un tanto resentido con las personas en general, y teniendo como único medio de diversión la lectura, pues desde pequeño solía ir a la biblioteca de su hogar para tomar los libros y observar los dibujos o intentar leer su contenido, incluso recibiendo ayuda de alguno de los criados quienes comenzaban a inculcar al chico su gusto por los temas policiales, pues la mayoría de los libros que le leían eran sobre aquella temática.

Eso marcó al muchacho no solo en los gustos para la investigación que llevaría a cabo a futuro, sino también para los juegos que realizaba de pequeño, al plantearse diversas situaciones que siempre estaba resolviendo, utilizando muñecos como criminales, víctimas y testigos, cuando es que no lograba convencer a los empleados en su hogar para jugar con él.

Lo cierto era que desde temprana edad el futuro del joven estaba decidido, y por más que él mismo tuviera ya la decisión tomada, lo difícil era convencer a sus padres, pues por más dotes que lograba demostrarles, estos se mostraban un tanto reacios ante la idea, un policía o detective no es famoso por su fortuna, de hecho en Inglaterra no se hablaba bien de la paga de estas personas, cosa que resultaba ser lo último que el muchacho tendría en mente, más el tiempo fue corriendo, los tiempos complicándose, y las discusiones aletargándose al ignorarse aquellos juegos y lecturas que el chico continuaba realizando.

Si bien su padre intentó llevar al muchacho hacia la misma rama laboral en la cual él se encontraba, la ingeniería, lo único que logró fue darle una herramienta más al joven para desarrollar sus habilidades, pues ahora ya reemplazaba sus juguetes con piezas que iba realizando, reconstruía piezas a tamaño escala de diseños que a él le parecían interesantes como aquellos instrumentos otorgados por Da Vinci al mundo, siempre enfocando su mente a accesorios que pudieran serle de ayuda para el desarrollo de sus habilidades deductivas, mientras dificultaba las pruebas que se hacía a sí mismo.

Fue entonces que la era escolar dio inicio, y con ellas el escalón final para lo que sería el brillante futuro del joven, pues inmediatamente pudo percibirse la diferencia intelectual entre el joven y sus compañeros, fortaleciéndose así aquella actitud soberbia que demostraba hacia sus pares, más no por desprecio hacia ellos, ya que sin saberlo aquella forma de “representar sus dotes” no era nada más que el resultado de todo aquel desprecio que había tenido para las opiniones de sus padres respecto a su decisión.

Si bien, resultaba ser el orgullo de su familia por los logros que adquiría, tanto en sus notas como en competencias a las cuales acudía, como en desafíos de ajedrez o realizar presentaciones en piano, actividades que a lo largo de su crecimiento habían tomado gran parte de él, tanto por su interés al aprender y practicar como al momento de desarrollarse por su cuenta tanto en torneos como en audiciones.

Lo cierto era que un nuevo genio había nacido en aquella cuna adinerada y era tan grande su habilidad que no podía contenerse, dentro de Westminster, llevando a acrecentar la fama de la familia Kingsley, claro que en cada ocasión que el joven podía, despejaba aquella discusión que había poseído con sus padres, delatando sin problemas la diferencia de ideas entre ellos, lo que hacía resaltar solamente al muchacho, mientras sus padres no podían hacer más que buscar la forma de no quedar mal vistos.

De manera que las cosas terminaron orquestadas por el muchacho en lo que sería una fascinante travesía, pues la familia había recibido una oferta emanada casi milagrosamente, tratándose de la noticia de una institución capaz de otorgar al joven una oportunidad de oro, pues había sido aceptado para ingresar como alumno de aquellos seres que tanto había idolatrado, por fin podría pasar de ser un simple lector a ingresar al mismo terreno de juego, claro estaba que eso no sería una situación a la par con la de su instituto, pues sabía bien que allí no tendría momento de alarde alguno, incluso se veía en desventaja, pero de allí nacía cierta excitación, cierta motivación por acrecentar aun más sus conocimientos y poder así convertirse finalmente en los proclamados, Butei.